Laxe: ‘Definir una marca-país es un trabajo que lleva mucho tiempo’

Laxe: ‘Definir una marca-país es un trabajo que lleva mucho tiempo’

Fernando González Laxe es codirector del Grupo de Análisis Marca-País.

«Definir una marca-país no es un trabajo fácil. Es una tarea, un proceso, que lleva mucho tiempo. Tiene que haber una conjunción de personas expertas que vayan delimitando la idea que queremos», explica este catedrático de Economía.

JESÚS RECALDE

Fernando González Laxe, del PSdeG – PSOE, fue presidente de la Xunta de Galicia entre los años 1987 y 1990. Es doctor en Ciencias Económicas y ha ocupado diferentes puestos de responsabilidad en el organigrama del Estado. Fue director general de Ordenación Pesquera en el Ministerio de Agricultura, diputado en el Parlamento de Galicia y presidente del Organismo Público de Puertos del Estado. En la actualidad es profesor de Economía Aplicada en la Universidad de A Coruña y miembro del Foro Económico de Galicia. Codirige el Grupo de Análisis Marca-País.

En esta ocasión hablamos con él con el objetivo de conocer un poco más acerca de temas como la creación de una marca-país, una de las principales premisas del foro al que pertenece, o realizar un análisis de la situación política en la actualidad. Su condición como miembro del Foro Económico de Galicia y su experiencia en la política activa ayudan a comprender de qué manera se crea esa imagen de marca gallega y cómo deberíamos proceder para alcanzar un equilibrio entre el modelo económico y político y las diferentes demandas y aspiraciones que tiene Galicia como nacionalidad diferenciada.

– En un documento del Foro Económico de Galicia, titulado Bases para una estrategia marca-país y líneas de trabajo para su acción exterior, que escribió junto a José Luis Gómez, editor de MUNDIARIO,  se hace hincapié en la creación de un nuevo modelo económico y político que respalde la creación de la denominada marca-país que nos va a representar internacionalmente, ¿cómo se logra un nuevo modelo económico y político en Galicia?

 Hay que empezar primero definiendo el objetivo, es decir, definiendo la visión, que tiene que ser a medio o largo plazo, y una vez que uno define la visión se mete en lo que es la misión, cómo lo vamos a hacer. En la primera parte normalmente hay varios escenarios en función de cómo discurra el devenir político, económico y social o cultural, no solamente gallego o español, sino también europeo e internacional. En la segunda parte se necesita tener un acuerdo o un común denominador entre determinadas fuerzas sociales, políticas y económicas. Si no hay una alianza por el progreso y por una estrategia difícilmente se podrá crear un nuevo modelo. Nosotros tenemos muchas potencialidades, pero no somos capaces todavía de desarrollarlas al máximo. Hay mucho trabajo hecho ya, desde dentro y desde fuera de la autonomía, es decir, desde la Xunta y desde la sociedad civil, pero a veces somos reacios a determinados cambios. No se apuesta por la puesta en valor del monte o la alimentación por ejemplo y se ponen muchas pegas a la financiación de la empresas. No tiene sentido.

 ¿Cuáles son nuestras principales ventajas o beneficios que nos diferencian?

– Debemos buscar aquello en lo que seamos muy diferenciales, aquello que esté muy inherente a lo que es nuestra propia realidad y que los demás no tengan o lo tengan poco desarrollado. Por ejemplo, nosotros seremos conocidos en el mundo en estos momentos por el tema textil-confección, por el tema agroalimentación y por un tipo de energía que sería la energía marina y eólica al mismo tiempo. Esos tres sectores son importantes. Lo fuimos en su día en el sector naval y en el sector automovilístico, pero lo hemos abandonado y por tanto tenemos que diferenciarnos con eso. En suma son tres sectores que están muy vinculados al mar. En uno es la logística y en otro son los productos o materias primas, a las que tenemos mucha accesibilidad. Debemos aprovechar nuestra situación geográfica para potenciar la logística y aumentar el comercio internacional, aunque para ello también necesitamos un cierto desarrollo tecnológico.

 ¿Cómo se logra definir una marca-país?

– No es un trabajo fácil. Es un trabajo que lleva mucho tiempo. Tiene que haber una conjunción de personas expertas que vayan delimitando la idea que queremos. En Galicia, lo que se ha hecho, es poner marca-país a cada uno de los productos lo cual es un esfuerzo de dispersión enorme que no redunda en una marca país única, ni utiliza Galicia como sistema paraguas para albergar a todos nuestros productos. Tenemos un mensaje para los balnearios, un mensaje para los productos, un mensaje para las actividades, un mensaje para el turismo, en definitiva, no tenemos nada. La diversificación no siempre es buena. En estos momentos tampoco tenemos una proyección que nos permita exportar todo eso hacia fuera. Vale la pena hacer una campaña únicamente en los Estados Unidos, para darnos a conocer, que no hacer pequeñas campañas en el territorio español que ya saben todos los españoles donde estamos nosotros.

 ¿Cómo es posible hacer todo esto sin que la marca o el modelo estén politizados o  tengan una tendencia partidista?

– Pues haciendo una alianza, es decir, yo creo que los presidentes de la Xunta han intentado crear unas bases para una estrategia de acción exterior, pero después de haber lanzado la idea o puesto encima de la mesa un proyecto, lo han abandonado. Ya se que a corto plazo eso no da votos, pero a medio plazo, es el estandarte que puede tener un país y todos lo han abandonado. Por tanto, sería bueno que la próxima vez que se intente, se continúe. Que tuviera una estructura administrativa lo más simple posible, pero al mismo tiempo que los paridos políticos en el parlamento y la sociedad civil fuera del parlamento fuera capaz de verse representada. Por eso en el documento que hemos hecho público aparecen muchísimos eslogan de otros países que comparamos con el nuestro, y el nuestro es el más difícil, el más complejo de entender. Es el que dice: “A la gente que quiero, le recomiendo Galicia” , “Si tengo que recomendar algo, recomiendo aquello que quiero”, con estas afirmaciones estoy excluyendo a una parte de la población, solamente hablo con aquellos que conozco y a aquellos que conozco solamente les recomiendo aquello que quiero, es decir, delimitamos mucho a quien va destinado. En otros países sus campañas son una sola palabra: “esencialmente”, “naturalmente” etc.

– En función de la salud política de las instituciones en Galicia, ¿de qué buena o mala salud política goza Galicia en la actualidad según su criterio?

– Galicia tiene una ventaja sobre otras comunidades autónomas y es que se han producido alternancias en cuanto a gobiernos. Afortunadamente, la democracia, después de la transición, se ha plasmado en la alternancia entre gobiernos gestionados por el PP y el PSOE. Es cierto que son más los años de gobierno del PP, y en ese sentido siempre lo defino como fase del “stop”, mientras que cuando estuvieron gobernando los socialistas es una etapa de avance, de “go”, por eso siempre digo que Galicia es una especie de “stop and go”. Paramos y avanzamos con espacios de estancamiento. Pero en  Galicia lo que no se ha producido totalmente es el cambio de los modelos productivos, es decir, ya somos un conjunto de grandes ciudades urbanas, ya el sector servicios es mayor que el sector agrícola, pero tenemos un posicionamiento internacional un poco limitado y deberíamos de  apostar más por eso. Creo que tenemos dos grandes sectores en los cuales podríamos habernos sostenido mejor. Uno es el tema de la sanidad en Galicia, que es extraordinariamente buena, y otro es el tema del talento que procede de todos los egresados de las universidades gallegas. Esos dos elementos que no existían antes de la autonomía y hoy sí, es a mi juicio lo que se debería de haber potenciado al máximo. La educación, el talento, el desarrollo y la sanidad. Si eso funcionara nosotros habríamos avanzado mucho porque Galicia ha cambiado, tenemos una sociedad muy envejecida, muy concentrada en las ciudades y ahora con una tendencia nuevamente a la emigración y el objetivo es ser seductores, que las personas se queden aquí y que puedan vivir mucho mejor.

 ¿Hay un proyecto político definido en Galicia?

– Creo que hay modelos parciales. Habrá en algunas actividades o ámbitos un desarrollo mayor que en otros. Por ejemplo, a causa de las  inversiones llevadas a cabo, Galicia ya es un país con mucha infraestructura viaria, mucha infraestructura civil, es cierto que falta completar la infraestructura de ferrocarril y falta coordinar la infraestructura aérea y portuaria, pero comparados a como estábamos antes de la autonomía en los años ochenta sí hemos avanzado muchísimo. Sin embargo, en otras parcelas no hemos avanzado tanto. Estamos paralizados en el tema de la agricultura, estamos paralizados  en el mundo de la energía, se está cuestionando mucho el mundo de la educación y tampoco se ponen las bases más sólidas para el mundo de la financiación de las empresas. Entonces con eso, que son las palancas más  efectivas, tenemos ciertas dificultades.

 ¿Qué le parece el nuevo secretario general del PSOE?

– No le conozco personalmente, creo que  intenta abrir una nueva vía, es decir, una nueva forma de presentar los discursos, procede de una nueva generación que no ha gobernado y por tanto que no tiene experiencia de  responsabilidades de Gobierno. Yo lo que sugiero es que de vez en cuando, por no decir regularmente, recabe opiniones de aquellos que han tenido responsabilidades porque la experiencia siempre es un grado. España no debe de entrar en ese proceso de “stop and go” que decía antes, creo que debe de ser un  proceso de rampa ascendente continua y eso es lo que debe de hacer, recabar las informaciones cuando sean necesarias y en segundo lugar pisar el acelerador en todo tipo de reformas necesarias que deben de ser inminentes.

 ¿Cómo afectará el cambio en el PSOE de Galicia?

– Pienso que en nada. Los socialistas gallegos somos autónomos, por tanto nosotros  decidimos cuales son nuestras propias estructuras, nuestra propia organización y nuestros propios representantes parlamentarios y políticos, por lo que no nos afecta en absoluto. Lo que sí, desde aquí, podemos decir cuáles son nuestras reivindicaciones, nuestras aspiraciones, exigencias y requerimientos, que es lo que la otra parte, la de Sánchez en Madrid, tiene que asumir, es decir, asumir lo que nosotros presentamos desde aquí.

– Se le relaciona últimamente con la alcaldía de A Coruña, ¿tiene pensado volver a la política activa?

– Yo siempre soy activo. Otra cosa es si estoy en los puestos de primera línea o no y eso nunca se sabe, es decir, para ser activo siempre uno está trabajando, en un lado o en otro, por lo tanto en unos sitios doy mi opinión verbal, en otros escrita y en otros me comprometo públicamente o aparezco debajo de la pancarta. Sí, unos me relacionaban  con la alcaldía de Coruña, otros con otro puesto en otro lado pero bueno, no dejan de ser peticiones o sugerencias y anhelos de algunos amigos o compañeros que ven que  puedo desarrollar bien el papel, lo cual les agradezco mucho.